Olga Connor
Diario el Nuevo Herald (Miami, E.U.A.), 9 de mayo de 2001.
"De Virgilio Piñera se sacó un texto que no era teatral para escenificar El Album, el jueves por la noche en el Koubet.
Con ese material un poco extraño de una anciana que vive obsesionada con los personajes de su familia pequeño burguesa, Raúl Martín, del Teatro de La Luna, ganó el premio al mejor director...
La fórmula fue la del teatro burlesco en la representación, y una parodia de los decorados escénicos tradicionales, con la ampliación impresionante de una foto de bodas..."
Rosa Ileana Boudet
www.cubaencuentro.com, 23 de octubre de 2002.
"A Raulito Martín, director del Teatro de La Luna, poseedor de uno de los más prolíficos expedientes piñerianos de la nueva generación de directores, se le ocurrió desempolvar El álbum (...) y convirtió un cuento reescrito por Piñera en el brillante monólogo en el que una vieja dama no muestra sus medallas, sino las fotografías de su álbum familiar (...)
La puesta sobresale por su capacidad para bordear la farsa y acometer ese difícil juego con el material narrativo del que surgen las acciones y el movimiento. (...) Es una dama encantada, un cadáver embalsamado que se dirige a nosotros para arremeter contra la hipocresía social oculta detrás de la complaciente foto de familia. Es la "puerta falsa" con la que Osvaldo Cano acertadamente compara la puerta de no-partir de Electra Garrigó. Es el dilema trágico contado en tono de opereta que Virgilio aprendió con Gombrowicz, como la peluca Luis XV. Es la angustia y el horror a envejecer y a la muerte y a la soledad. Es el chiste cruel y el divertimento"...
Osvaldo Cano
Periódico Juventud Rebelde, 18 de febrero de 2003.
"De nuevo Martín consigue muy buen resultado asumiendo un texto de su autor favorito. (...) destacó (...) la soledad de una criatura que vive de espaldas a la realidad, refugiada en un mundo de intrascendentes recuerdos"...
Dama del ábum: Dexter Cápiro
Diseño de escenografía y vesuario: Raúl Martín
Asesoría dramatúrgica: Bárbara Domínguez
Música de la canción y voz lírica: Bárbara Yánez
Confección de vestuario y escenografía: Talleres de TECNOESCENA
Diseño de maquillaje y peluquería: Georgina (Yoya) Sorondo
Diseño de luces: Tony Arocha
Equipo Técnico: Teatro Nacional de Cuba
Diseño de telón: Cassandra Morlotte (sobre una idea de Raúl Martín)
Telón pintado por: Pavel Riquenes Díaz y Osvaldo Rodríguez (TECNOESCENA)
Atrezzo: Angel Naranjo (TECNOESCENA)
Dirección general del Teatro de La Luna: Raúl Martín
Agradecimientos: Lilian Manzor, Pablo Durán, Manuel Antonio Quintans, Amarilys Núñez, Roberto Gacio, Gilda Bello, Mario Guerra, Tony Arocha, Tony Díaz, Galería Alpha, Julián González, Gisela González (CNAE), Pablo Menéndez, Lili Rentería, Juan David Ferrer, Alberto Sarraín, Gilberto Zaldívar, Déxter Cápiro.
Ha sido interpretada por: Dexter Cápiro y Roberto Gacio
El diálogo de tú a usted que ha entablado Raúl Martín con Virgilio Piñera es, sin dudas, el más constante, fiel y creativo entre un director y un autor en la escena cubana contemporánea. De ello dan fe los montajes de La boda, Los siervos, Electra Garrigó, El Banco que Murió de Amor, y un largo etcétera. A la lista, que no completo para no abrumarlos, se suma El Album.
Cuando Rine Leal, a inicios de los noventa, se quejaba con sobradas razones de la ausencia de Piñera en los escenarios cubanos, Martín era aún muy joven y su carrera apenas comenzaba. En la década que recién despedimos nuestro autor fue presencia viva no sólo en el teatro, sino también en la danza. Se estrenaron obras inéditas y hasta repudiadas por él; pero aún más, y ya entrando en el terreno de la ficción e incluso del mito, se ha convertido en personaje dramático. De no haber ocurrido esto, la constancia de Raúl Martín habría bastado para contentar el decano de los crítico s teatrales cubanos.
Posiblemente a ningún otro director se le hubiera ocurrido encarar la puesta en escena de El Album, de por sí un texto aparentemente poco teatral. Sin embargo, y en parte por Piñera y en parte por Martín, terminamos frente a uno de esos seres particularmente especiales que habitan la obra del primero. Es entonces que descubrimos que la dama es pariente cercano de esos personajes estrafalarios de Virgilio, tísicamente fotogénicos, que terminan siendo canonizados o que descuellan y hasta trascienden por la desmesura de sus pies.
La Dama en esa suerte de ensalmo, de encantamiento en que deviene su sesión de espiritismo, nos recuerda su aislamiento, esa soledad que como bien sabemos reduce al absurdo. Es que en El Album están presentes, digamos que en pequeño formato, buena parte de las claves que vertebran el teatro de este autor. Por si alguien lo duda, ¿qué es sino esa puerta falsa cuyo umbral es imposible traspasar y que por tanto no conduce a sitio alguno? Por supuesto que es equiparable a "la puerta de no partir" de Electra Garrigó o a la buscada infructuosamente por la aguerrida y lúcida Luz Marina Romaguera.
La protagonista de esta pieza es un ser alienado, que sangra por la herida del pasado. Un pasado estático, antiheráclito, atrapado en una foto y repasado una y otra vez por la memoriosa desposada, quien en cierto modo, como el héroe de Los siervos, uno de los montajes más exitosos de Martín con Teatro de La Luna, apunta al "eterno retorno".
Osvaldo Cano.
Abril de 2001. La Habana.
Espacio escénico mínimo:
Sala de teatro con 6 metros de ancho por 6 de profundidad.
Luces: Las existentes en una sala de teatro común.
Sonido: Casetera o grabadora de cinta o CD.
Peso de la carga: 25 Kgs.
Tipo de Público: Adultos
Tiempo de montaje: 3 horas
Duración de la obra: 40 minutos