Olga Connor
Diario El Nuevo Herald (Miami, E.U.A.), 9 de mayo de 2001.
"Con alusiones literarias y filosóficas, como por ejemplo a Eric From, (...) a Dante, (...) a la Biblia, Estévez y el director Raúl Martín del Teatro de La Luna, nos regalan lo mejor del Festival".
Mia Leonin
Periódico New Times (Miami, E.U.A.), mayo de 2001.
"Esa obra, brillantemente dirigida por Raúl Martín, de Teatro de La Luna, (...) presenta un enano que ha sido atrapado en una botella tantos años, que la soledad lo ha convertido en una especie de filósofo. A medida que contempla las ventajas y desventajas de su aislamiento, decide finalmente que prefiere vivir aislado, porque no sabría qué hacer con la libertad. La ingeniosa metáfora de Estévez es sólo un ejemplo de las características únicas que distinguen a la literatura cubana: el uso del subtexto como una forma de decir lo indecible..."
Tomás González
Revista Tablas, julio-septiembre de 2001.
"Si hubiera estado entre mis manos la posibilidad de premiar lo que para mí constituyó un verdadero hito del teatro cubano de hoy, hubiera premiado el maravilloso texto de Abilio Estévez, El Enano en la Botella. Creo que con este estreno estamos en presencia de un momento importante para la escena cubana (...) El Enano... es la subversión de la subversión, tan aberrante como permanecer fiel a ideologías que siguen dando bandazos a diestra y siniestra..."
Osvaldo Cano
Diario Juventud Rebelde, 5 de agosto de 2001.
"Martín toma este material hilarante, profundo y ameno, pero ajeno a la ortodoxia y las reglas al uso, y propone un montaje dinámico e incisivo. Consigue sugerir la estática y oscura botella a la vez guarida y sepulcro del Enano, sin recurrir a artificios naturalistas. Esto lo logra a partir de una precisa delimitación espacial que es enfatizada por el atinado y creativo diseño de luces de Tony Arocha. A la vez que le imprime al montaje un peculiar sello. Lo cual es perceptible en el intenso y gráfico trabajo gestual; el carácter coreográfico de los movimientos; la inclusión de las canciones y bailes, y el subrayado en la zona humorística del monólogo"
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Lowell Fiet
Revista Conjunto. Casa de las Américas. mayo-agosto de 2002.
"Durante Mayo Teatral, también estrenó a Sala llena y largas ovaciones una nueva producción de "El Enano en la Botella", de otro gran dramaturgo cubano, Abilio Estévez"
Osvaldo Cano
Diario Juventud Rebelde, 18 de febrero de 2003.
"...A ello contribuye la calidad de una obra que revela aspectos claves de nuestra realidad con humor, ironía y vuelo; así como la imaginativa puesta que realiza Martín a partir de este material."
Enano: Mario Guerra
Diseño de escenografía y vesuario: Raúl Martín
Asesoría dramatúrgica: Bárbara Domínguez
Música de la canción: Bárbara Yánez
Confección de vestuario y escenografía: Talleres de TECNOESCENA
Diseño de maquillaje y peluquería: Georgina (Yoya) Sorondo
Diseño de luces: Tony Arocha
Equipo Técnico: Teatro Nacional de Cuba
Telón escrito por: Osniel Valdés González (TECNOESCENA)
Profesora de canto: Marta Eugenia Barrios
Profesora de danza: Luisa Santiesteban
Dirección general del Teatro de La Luna: Raúl Martín
Especial agradecimiento a: Lilian Manzor, Pablo Durán, Manuel Antonio Quintans, Amarilys Núñez, Roberto Gacio, Gilda Bello, Mario Guerra, Tony Arocha, Tony Díaz, Galería Alpha, Julián González, Gisela González (CNAE), Pablo Menéndez, Lili Rentaría, Juan David Ferrer, Alberto Sarraín, Gilberto Zaldívar, Grettel Trujillo.
Ha sido interpretada por: Grettel Trujillo y Mario Guerra.
Cuando Abilio Estévez en 1994, año en el que gana con "La Noche" el prestigioso premio Tirso de Molina, escribe "El Enano en la Botella", con la intención expresa de que fuera dirigida por Raúl Martín, cualquier lector incauto pudo haber valorado este texto como de circunstancias, muy a tono con el momento, pero con poco o nada que decir más tarde. Diversas causas y azares hicieron que El Enano... se estrene siete años después de escrita, como para confirmar su robusta esencia y hacer que los espectadores se arremolinen alrededor de sus verdades rotundas y contundentes.
Resulta que es ésta una pieza tramposa, engañosa, llena de paradojas y lecturas sumergidas. Por un lado es perceptible un tono jocoso, guarachero, que recuerda al inmenso Ñico Saquito cuando en "Estoy hecho tierra" pedía que se secara el mar, los ríos, las presas y hasta las matas de coco, para no volverse fango (en caso de mojarse); por el otro hay toda una voluptuosidad cultural, un juego desenfadado y cubanísimo con la literatura, la música o la filosofía.
El Enano vive atrapado dentro de la botella como Jonás en el vientre del pez, el Genio de la lámpara o el Homúnculo "fabricado" por Wagner, el discípulo de Fausto, puede que siguiendo las secretas instrucciones de Paracelso en la probeta. Pero mientras Jonás, el Genio y el Homúnculo desesperan por salir de sus respectivas celdas, el Enano filosofa, fabula, elucubra teorías sin sentido aparente, defendiendo su botella, su lugar que es, a fin de cuentas, un no-lugar y su tiempo que es un no-tiempo. Una botella estática y oscura como aquella caverna de la que habló Platón, donde los moradores viven encadenados a un mundo ilusorio, sin posibilidades de conocer y menos aún de comprender la realidad.
Con un tono de parodia y choteo Estévez hilvana la historia de este Enano empecinadamente optimista, tozudamente positivista, que ve en cada limitación una ventaja y que con su comportamiento nos recuerda aquel apotegma que reza: "me están matando, pero estoy gozando". Al mismo tiempo, y sin abandonar el aire desmitificador, nos remite a la tradición teatral insular con este hijo parricida, empequeñecido por su padre y que trata de huir por el mar. Pero "carácter es destino" dijo Heráclito y el destino del Enano, que es labrado por su carácter resignado, es el encierro, el inmovilismo, en fin, la botella. Esa ha de ser su guarida y su sepulcro, donde se amontonará ese polvo ¿enamorado? Que ha de ser a buen recaudo del agua para no volverse fango.
Hoy Abilio Estévez, Raúl Martín y Teatro de La Luna nos convocan a dialogar con El Enano y... puede que hasta a compartir la botella. No se por qué extraña razón... ¿O puede que sí lo sepa? Me recuerda a Oscar Wilde y aquella respuesta, típica de su genio, que debe estar rondando a Abilio, a Raúl y al resto de los selenitas, fue en vísperas de un estreno cuando al ser interrogado sobre las posibilidades de éxito de una obra suya replicó: "de que la obra es un éxito estoy seguro, lo que no sé si será un éxito es el público".
Osvaldo Cano.
Abril de 2001. La Habana
Espacio escénico:
Sala de teatro común con 8 metros de ancho por 8 de profundidad. Tarimas para crear retablo-pizarra de 3 metros de ancho por 2 de altura. Escalera oculta detrás para que suba el actor.
Luces: Las existentes en una sala de teatro común.
Sonido: Casetera o grabadora de cinta o CD.
Peso de la carga: 25 Kgs.
Tipo de Público: Adultos
Tiempo de montaje: 4 horas
Duración de la obra: 1 hora.