OBRAS

Los siervos
Un mundo hipotético, futurista. Ha triunfado un nuevo sistema. El primer ministro se llama Zenón, el sistema Caronismo. Se preconiza la igualdad y la felicidad colectiva; pero en realidad hay explotadores y explotados encubiertos. El filósofo del régimen se declara siervo para hacer explícita esta condición. Este se llama Nicleto y a su filosofía de señores y siervos declarados la llama Nicletismo. El choque entre los dos preceptos se convierte en un divertido y profundo juego de ideas, de posiciones ideológicas, de sistemas filosóficos. El siervo es decapitado pero, a su vez, se declaran miles de siervos. El Nicletismo, inevitablemente, se pone en marcha.
Créditos
  • Autor: Virgilio Piñera
  • Música: Adrián Torres y Raúl Martín
  • Director: Raúl Martín
  • Diseños de vestuario y escenografía: Raúl Martín
  • Diseño de Luces: Tony Arocha 

Premios y menciones

2000

















2019






Premio de actuación masculina: Dexter Cápiro. Asociación Hermanos Saiz (AHS). Festival Nacional de Teatro

Premio Avellaneda de banda sonora: Adrián Torres y Raúl Martín. (Festival Nacional de Teatro)

Premio de actuación masculina: Dexter Cápiro. (UNEAC). Festival Nacional de Teatro

Premio Avellaneda de actuación femenina: Grettel Trujillo. (Festival Nacional de Teatro)

Premio Avellaneda de actuación masculina: Dexter Cápiro. (Festival Nacional de Teatro)

Premio Avellaneda de puesta en escena: Raúl Martín. (Festival Nacional de Teatro)

Premio de actuación masculina de reparto: Mario Guerra. Unión de Escritores y Artistas de Cuba. (UNEAC)

Mención especial actuación masculina protagónica: Dexter Cápiro. (UNEAC)

Mención especial actuación femenina de reparto: Grettel Trujillo. (UNEAC)

Mención de puesta en escena: Raúl Martín. (UNEAC) 1999
Premio Villanueva de la Crítica (Mejores Puestas del Año): Raúl Martín.

Premio de Crítica a Artículo de Osvaldo Cano en Tablas

Chely Lima
septiembre de 2012.


Si bien Los siervos denuncia la demagogia y la corrupción en el marco de una historia cuyo tema es el poder político, una segunda lectura permite acceder a un nivel donde también se barajan reflexiones acerca de géneros y papeles sexuales. El poder en cualesquiera de sus manifestaciones, pareciera decir el autor, es un asunto que concierne tanto a opresores como a oprimidos.


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Mia Leonin
The Miami Herald. septiembre de 2012.


Teatro de La Luna is known for its use of music, as well as its intense physicality and creative costuming. Martín designed long, imposing cloaks with wide, bulky shoulder pads, creating a -look for Pileno, Zenón, and Ralú that is militaristic and futuristic (think Stalin meets Star Trek). Their exaggerated physical heft serves as a metaphor for the verbose rhetoric they spew.

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Osvaldo Cano
Revista Tablas. octubre-diciembre de 1999.


"Con la propuesta de Martín, aflora el sentido oculto de la obra de Piñera, (...). Entabla un diálogo inquisidor y lúdico con la pieza. Podemos hablar de unan puesta en juego donde actores y público se divierten por igual, de una poética democrática donde cada espectador asume la lectura que su capacidad de suscitar, de evocar, de hacer que nos internemos en la estructura profunda del texto; que volvamos, sin peligro de convertirnos en estatuas de sal, la vista atrás; que recurramos a lo ancestral; en fin... el eterno retorno".

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Amado del Pino
Diario Granma, 21 de septiembre 1999.


"Martín aplicó su excelente gusto escénico y su fogueo en el trabajo con el lenguaje del cuerpo para evitar que el torrente de palabras y de ideas tornara estático su montaje (...) Teatro de La Luna demuestra aquí una labor sostenida y espléndida en la edificación de todo un estilo actoral poderoso..."

Rubén Rodríguez
Diario Ahora (Holguín, Cuba), 22 de enero de 2000.


"Con su intertextualidad plena de referencias, Raúl Martín y su compañía hacen la obra de la obra y ofrecen un trabajo indagatorio y mestizo de géneros, vivo y transgresor; la serpiente se muerde la cola y Piñera, cruzado de brazos y piernas, el codo en la rodilla y la mano posada en la mejilla, sonríe aprobatorio".

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Vivian Martínez Tabares
Revista La Gaceta de Cuba, marzo-abril de 2000.


"Entre visiones futuristas, movimientos coreografiados y humor crítico que equilibran el acento fatalista del texto, Martín y el Teatro de La Luna refrendan el valor de la praxis en la consecución de un ideal, y provocan un análisis acerca del decisivo papel del individuo como entidad responsable y consecuente, y la articulación imprescindible y contradictoria con su contexto".

Marilyn Garbey
Revista La Gaceta de Cuba, marzo-abril de 2000.


"En este montaje, polémico como el Piñera teatral, se destaca la agilidad de los diálogos, el tratamiento del tema del poder, los altos niveles de actuación y el trabajo escenográfico. Vale resaltar la respuesta fervorosa del público...".

Jaime Gómez Triana
Revista La Gaceta de Cuba, marzo-abril de 2000.


"El espectáculo, uno de los más seductores del actual panorama, logra sortear las muchas lagunas que aquejan a este texto menor y proponen una acertada versión, que, pese a modificar el contexto, mantiene las esencias del drama. (...) El montaje coreográfico y las canciones, que marcan la estética del grupo, dinamitan el texto y activan el diálogo con el espectador..."

Niño: Rubén Araujo Báez
Pilano (General del Ejército): Amarilys Núñez
Zenón (Primer Ministro): Grettel Trujillo, Teherán Aguilar
Ralú (Secretario de Estado): Gilda Bello
Nicleto (Filósofo y Siervo): Dexter Cápiro, Ariel Díaz
Sedicom (Espía): Roberto Gacio
Dimanisio (Señor encubierto), Silié (Obrero): Mario Guerra

Diseño de escenografía: Raúl Martín y Osvaldo Salón (Compañía TAT de Chile)
Asesoría dramatúrgica: Bárbara Domínguez
Selección Musical y Diseño de Banda Sonora: Adrián Torres y Raúl Martín
Edición Musical: Adrián Torres
Confección de escenografía, Atrezzo y decorados: Raúl Martín
Profesora de danza: Luisa Santiesteban
Profesora de canto: María Eugenia Barrios
Diseño de maquillaje: Julio Díaz (Compañía Hubert de Blanck)
Diseño de luces: Tony Arocha
Equipo Técnico: Teatro Nacional de Cuba
Confección de vestuario: Raúl Martín y Talleres de TECNOESCENA
Diseño de vestuario, letra de las canciones, versión y puesta en escena: Raúl Martín
Dirección general del Teatro de La Luna: Raúl Martín

Agradecimientos: Nisia Agüero, Amaury Castrillón, Orieta Medina, Julián González, Gisela González, Beth Katz, Déxter Cápiro y Grettel Trujillo.

El eterno retorno de Teatro de La Luna.

Desde su fundación, en 1997, Teatro de La Luna ha deparado no pocas sorpresas al público cubano. Teatro hecho en Cuba, con la intención confesa de indagar en los problemas de los habitantes del siglo recién culminado. Por eso prefiero creer que surgió a la luz cuando su astro regente se encontraba en fase creciente, camino a la plenitud, en vísperas del alumbramiento total.

Sus seguidores saben cuán inquieto es su director Raúl Martín, trabajador infatigable, devoto de nuestro Piñera teatral baste recordar sus montajes de El flaco y el Gordo, La boda, Electra Garrigó y sus coreografías Sólo de Piano y Las 7 en punto para confirmarlo, con un carisma que le ha permitido reunir a un pequeño grupo humano para hacer teatro.

Hoy estrenan "Los siervos", también de inspiración piñeriana, continuando la línea de creación del colectivo. Se trata de un texto poco conocido del autor, publicado en las páginas de la revista Ciclón en 1955, satanizado en cierto momento, difícil de trasladar a la escena y, por esa misma razón, pretexto ideal para teatralizarlo.

¿Qué pensaría usted si leyese en la prensa que un habitante del mejor de los mundos posibles se declara siervo? ¿Qué opinaría si le dijeran que alguien que conoció la felicidad quiere doblar la rodilla ante un amo? ¿Creería usted si le dijeran que la vida es cuestión de formas?

Una situación absurda provoca una reflexión y obliga a cuestionarse el sentido de la existencia propia. ¿Cómo se define la condición humana? ¿Todos los hombres son iguales? ¿Vale la pena ser feliz? A esas interrogantes usted deberá responder, pero puede suceder que a esas interpelaciones le sucedan otras.

La puesta en escena privilegia el desempeño del actor: le exige dotar de rasgos a los personajes que incorporan, pues parten de una dramaturgia donde lo más importante es la situación, en detrimento de los roles; la agilidad de los diálogos y la rapidez de las réplicas los obligan a desarrollar sus posibilidades vocales, al concepción del espacio escénico requiere de su precisión en los desplazamientos por la escena.

Conocida es la afición del director por el diseño escenográfico y de vestuario. Para este montaje realizó un estudio del color y lo utilizó en función de conflicto. Predominan los tonos grises, los colores fríos que contribuyen a crear una atmósfera de encierro, de callejón sin salida. La banda sonora fue diseñada por Martín y Adrián Torres. Música new age y música clásica, rara y sorprendente combinación porque en sus montajes anteriores solicitaban a los compositores música original.

Teatro de La Luna trae una propuesta inquietante. El público que lo ha aplaudido durante su fecunda trayectoria apreciará las constantes estéticas: la elección del texto dramático, el desempeño de los actores, el cuidado formal de la puesta en escena, la intención de comunicación con el público, pero también podrá comprobar que marca un punto de giro en la vida de este proyecto. Preocupados siempre por las cuestiones humanistas, hasta ahora se presentaban con un aparente tono de ligereza o, de comedia. Pero en esta ocasión el juego exige mayor atención, oídos prestos a seguir los diálogos e inteligencias despiertas para corresponder a los sucesos de la escena..

Sólo me resta agradecerle a Raúl Martín su diálogo perenne con nuestro Virgilio -tan alejado de modas y modismos- porque tal vez logre hacernos creer que el Paraíso está en la Luna, que sólo en la incesante búsqueda de la felicidad el ser humano puede vivir plenamente, que el teatro puede reflejar eternamente la vida.

Marilyn Garbey Oquendo.
Septiembre de 1997. La Habana.

Espacio escénico:
Sala de teatro común con 8 metros de ancho por 8 de profundidad.

Luces: Las existentes en una sala de teatro común.
Sonido: Casetera o grabadora de cinta o CD.
Peso de la carga: 90 Kgs.
Tipo de Público: Adultos
Tiempo de montaje: 4 horas
Duración de la obra: 1 hora, 25 minutos.

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